La Validación como Práctica de Cuidado y Conexión.
Vivimos en un mundo donde pocas veces nos enseñan qué hacer con la vulnerabilidad del otro. Cuando alguien comparte su sentir, solemos pensar que debemos resolverlo, cambiarlo o defendernos. Pero validar no es corregir ni aconsejar: validar es abrir un espacio donde la experiencia del otro puede existir con dignidad.
La validación es una práctica relacional, corporal y cultural que genera confianza, seguridad y cuidado mutuo. No es un lujo: es un fundamento de relaciones sanas y de una sociedad más empática.
1. ¿Qué es validar al otro?
Validar es reconocer lo que el otro siente como real y legítimo.
- No significa estar de acuerdo.
- No significa resolver.
- Es, simplemente, dar un lugar.
Validar abre un espacio para que el otro se sienta visto y comprendido, y para que la relación se fortalezca en vez de desgastarse.
2. Cómo se ve la validación
La validación se practica en gestos simples:
- Escucha plena: prestar atención, soltar distracciones.
- Lenguaje corporal abierto: mirada, postura relajada, silencio que sostiene.
- Nombrar lo que escuchas:
“Veo que esto te duele.”
- Reconocer sin juicio:
“Tiene todo el sentido que te sientas así.”
- Agradecer la confianza:
“Gracias por compartírmelo, me ayuda a entenderte mejor.”
- Resonar:
“Escucharte me ayuda a ajustar cómo podemos explorar esto juntos.”
“Escucharte me mueve, me ayuda a ver cómo puedo cuidarte y cuidarme mejor.”
3. El gradiente de validación: pasos para profundizar
La validación no es un botón que activamos, es un camino que se recorre:
- Estar presente sin interrumpir.
- Escuchar con atención.
- Nombrar lo que escuchas.
- Reconocer la emoción como válida.
- Agradecer la confianza.
- Ofrecer cuidado desde lo que escuchaste.
- Resonar: integrar lo que el otro comparte en la relación.
Cada paso suma. No siempre podremos llegar al último, pero cada gesto de validación abre la puerta al cuidado mutuo.
4. La validación en el cuerpo
Validar no solo ocurre en palabras: se siente en el cuerpo.
- Cuando me validan: respiro más profundo, los hombros se relajan, siento alivio y apertura.
- Cuando me desvalidan: el pecho se oprime, la garganta se cierra, me encojo o me pongo a la defensiva, hay desregulación del sistema nervioso, se pierde seguridad.
- Cuando valido a otro: mi propio cuerpo también se regula, entro en una conexión más tranquila.
👉 La validación es co-regulación: beneficia tanto a quien recibe como a quien ofrece.
5. Riesgos de desvalidar sin notarlo
No siempre desvalidamos por maldad: muchas veces no sabemos otra forma de responder. Pero si no notamos nuestros mecanismos, corremos riesgos:
- Repetir patrones de trauma: perpetuar lo que alguna vez nos hirió o lastimó a los otros.
- Generar desconexión: la otra persona deja de compartir.
- Aumentar conflicto: lo que no tiene lugar se intensifica.
- Autodesgaste: vivir en defensiva, endurecernos.
- Ser parte de nuestros propios problemas sin notarlo: reforzar el círculo de dolor que queremos evitar.
Validar es salir de ese círculo y abrir espacio a algo diferente.
6. Fundamento científico: sistema nervioso y validación
La validación tiene un impacto directo en cómo funciona nuestro sistema nervioso.
- Nuestro cuerpo siempre evalúa si estamos en seguridad o amenaza.
- Cuando nos sentimos desvalidados: el sistema nervioso interpreta micro-amenaza → estrés, defensas, huida o ataque.
- Cuando nos sentimos validados: el sistema recibe señal de seguridad → respiración profunda, relajación, apertura a la conexión.
Sociedad sana vs sociedad herida
- Una cultura desvalidadora normaliza la reactividad, el aislamiento y la violencia sutil.
- Una cultura que practica la validación genera resiliencia:
- Mejora el cuidado mutuo.
- Reduce la transmisión intergeneracional de lo que ha lastimado.
- Fortalece la confianza y la colaboración.
Validar no es solo un gesto personal: es una práctica social y política de cuidado.
Sensorialidad y auto-validación
La validación que brindamos hacia afuera es un trabajo que implica un trabajo hacia adentro, implica trabajar en nuestra auto-validación.
La creatividad sensorial no surge en vacío: requiere un espacio interno seguro, donde nuestras percepciones, intuiciones y emociones puedan existir sin juicio ni censura. La validación personal es el fundamento de ese espacio.
El trabajo de validación personal es, también, un entrenamiento para sostenernos en presencia, navegar emociones y percepciones sin defensas, y permitir que surja el placer de sentir, descubrir y crear.
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7. Beneficios de la validación
- Genera apertura para que la creatividad tenga cauce.
- Hace que las personas quieran seguir compartiendo.
- Construye relaciones resilientes y sociedades humanas.
- Nos permite habitar desde espacios más regulados y seguros.
- Permite la reparación y restablece confianza.
8. Validar como práctica cultural
En un mundo que nos enseñó a minimizar, arreglar rápido o evadir, validar es un acto de resistencia.
Validar no significa cargar con el dolor del otro, sino reconocerlo como real y dejar que exista. La validación abre un espacio común donde podemos cuidarnos mejor.
9. Del concepto a la práctica profunda
Entender qué es la validación es el primer paso, pero poder practicarla de verdad requiere un trabajo interior constante. Validar no es un gesto aislado, sino un compromiso de vida.
Algunas áreas donde ese trabajo personal puede habitar:
- No tomarse nada personal.
La experiencia del otro habla de él, no de mi identidad. Escuchar sin convertirlo en algo mío, me permite abrir un espacio genuino. - Reconocer mis mecanismos de defensa.
Nombrar si tiendo a minimizar, bromear, dar consejos rápidos o evadir. La consciencia es el primer paso para transformar. - Límites sanos.
Validar no es cargar con lo del otro, ni es fusionarnos. Los límites permiten que la validación sea cuidado mutuo y no sacrificio. - Relaciones interdependientes.
Pasar de dinámicas de poder (control, dependencia, indiferencia) a vínculos donde ambas partes pueden escucharse, sostenerse y cuidarse. - Trabajo continuo con uno mismo.
Terapia, procesos de exploración personal, escritura: cualquier camino que nos ayude a reconocer lo nuestro para no proyectarlo en el otro.
10. Validar como camino de integridad
Validar no es solo algo que hacemos hacia afuera: es también una forma de sostenernos en integridad interna. Cuanto más puedo escucharme y reconocerme, más puedo abrir espacio a la voz de los demás sin perderme ni defenderme.
Así, la validación se convierte no solo en una habilidad relacional, sino en una forma de vida: un compromiso de cuidar mi propia integridad y la de quienes me rodean.
11. Consentimiento y vulnerabilidad
Validar no significa forzar la apertura del otro. La validación implica consentimiento: pedir permiso antes de entrar en terrenos sensibles, dar al otro la posibilidad de decidir si quiere compartir, cuándo, cuanto y cómo. Sostener sintonía. Pedir consentimiento es un acto de cuidado: protege a ambas partes y construye un espacio más seguro para que la vulnerabilidad se exprese con dignidad.
Pedir validación en la vida real.
Pedir validación no es algo que siempre fluya de manera simple. Puede abrir posibilidades de conexión, pero también mostrar límites o diferencias en los recursos de quienes participan. Entender esto nos ayuda a no colocarnos ni como víctimas de un mundo que no escucha, ni como héroes que tienen que sostenerlo todo, buscar herramientas para una comunicación efectiva y no violenta de nuestras necesidades es una responsabilidad adulta y una necesidad para vivir más satisfechos, escuchados y regulados.

La Validación como Práctica de Cuidado y Conexión – Texto escrito por Natalia López, educadora somática en formación. Este texto es parte de un Mapa para Colaboraciones y el Cuidado de la Integridad Creativa, en proceso de escritura para Academia Vinograd.
Somos todo aquello que hemos subrayado, algunos recursos que influencian la mirada y las bases de este escrito son: Curso de estrategias para navegar la ruptura y desarrollar habilidades para reparar del Instituto Nacional para la Aplicación Clínica de la Medicina del Comportamiento. Trabajo sobre Interdependencia y Vergüenza Internalizada de Darelen Lancer, JD. estrategias de Comunicación No Violenta de Marshall Rosenberg. Trabajo y fórmulas para accionar desde el apego seguro de Heidi Priebe. Teoría Polivagal de Stephen W. Porges. Recursos de Hailey Magee para trabajar People Pleasing Response. Herramientas y aproximaciones para el espacio seguro en las diversas formas de neurodiversidades de Lindsey Mackereth. Aprendizajes y técnicas durante la formación de Body Mind Movement México. Recursos para sostener espacios seguros aprendidos en espacios de grupos de apoyo y espacios terapéuticos basados en técnicas de Somatic Experiencing y CNV.



